Al final de este siglo la arquitectura mundial está viviendo una crisis teórica que es causa de gran desconcierto. Esta crisis se debe principalmente a que la filosofía arquitectónica que sustenta al denominado Movimiento Moderno, y que había fundamentado su actividad, ha sufrido fuertes conmociones que desdibujan una trayectoria que parecía clara e inamovible.
Desde luego esta crisis en la teoría arquitectónica no constituye un hecho espontáneo y aislado. Es producto de las inquietudes y angustias derivadas de la crisis social, política y económica en que han entrado todos los países del mundo, sean éstos desarrollados o no.
Juan Sordo Maladeno, Palacio de Justicia.
Desde la década de los 60´s las vanguardias arquitectónicas, principalmente las europeas, empezaron a demostrar su inconformidad con los resultados obtenidos por el Movimiento Moderno. Sin embargo las discusiones se centraron no tanto en la validez de sus premisas como en su término de vigencia. Se dio énfasis a una urgente necesidad de cambio y como justificante se le achacaron aspectos negativos tales como: gigantismo, expresión formal aburrida, semiótica disparada, etc. Los medios masivos de comunicación se encargaron de difundir este estado de cosas pot todo el mundo, insinuando la aparición de un nuevo y mejor paradigma arquitectónico que sustituiría al dicho Movimiento. Pero en lugar de uno aparecieron varios, desenmascarando la crisis que los producía y originando más confusión que orden. México, país en vías de desarrollo, no fue caso de excepción a este hecho y es por eso que es necesario analizar cuidadosamente nuestra posición en este panorama.
Desde luego esta crisis en la teoría arquitectónica no constituye un hecho espontáneo y aislado. Es producto de las inquietudes y angustias derivadas de la crisis social, política y económica en que han entrado todos los países del mundo, sean éstos desarrollados o no.
Juan Sordo Maladeno, Palacio de Justicia.
Desde la década de los 60´s las vanguardias arquitectónicas, principalmente las europeas, empezaron a demostrar su inconformidad con los resultados obtenidos por el Movimiento Moderno. Sin embargo las discusiones se centraron no tanto en la validez de sus premisas como en su término de vigencia. Se dio énfasis a una urgente necesidad de cambio y como justificante se le achacaron aspectos negativos tales como: gigantismo, expresión formal aburrida, semiótica disparada, etc. Los medios masivos de comunicación se encargaron de difundir este estado de cosas pot todo el mundo, insinuando la aparición de un nuevo y mejor paradigma arquitectónico que sustituiría al dicho Movimiento. Pero en lugar de uno aparecieron varios, desenmascarando la crisis que los producía y originando más confusión que orden. México, país en vías de desarrollo, no fue caso de excepción a este hecho y es por eso que es necesario analizar cuidadosamente nuestra posición en este panorama.
Surge en el ámbito internacional desde 1960 manejando un doble código, la mitad moderno y la otra mitad de índole diferente, casi siempre con carácter histórico tradicional.
Intenta restaurar la relación arquitectura - usuario recuperando el continuo histórico que el Movimiento Moderno había roto. Aún cuando las experiencias de un pasado cercano indicaban que los resultados se esta idea no eran los apetecidos, se pensó que esta vez sí fructificaría porque, por medio de metáforas y simbolismos formales, se ligarían a aquellos aspectos históricos de vivencia que les eran tradicionales.
La Arquitectura posmodernista se proyecta desde una crítica razonable al Movimiento Moderno. Cuestiona desde sus resultados hasta algunas de las premisas en una relación ajustada de causa - efecto.
Si rescatamos como positivas la revalorización cultural de la arquitectura, la recuperación del sentido histórico, la preocupación contextualista y la participación de la comunidad en las decisiones de diseño, no podemos dejar de señalar lo negativo de la nueva carencia de valores, la frivolidad, la ausencia de compromiso social y el consumismo del derroche formal en que se embarca buena parte de producción posmodernista.
Teodoro González, Embajada de México
Referencias.
C. Jencks, El lenguaje de la arquitectura posmoderna (1977)
Intenta restaurar la relación arquitectura - usuario recuperando el continuo histórico que el Movimiento Moderno había roto. Aún cuando las experiencias de un pasado cercano indicaban que los resultados se esta idea no eran los apetecidos, se pensó que esta vez sí fructificaría porque, por medio de metáforas y simbolismos formales, se ligarían a aquellos aspectos históricos de vivencia que les eran tradicionales.
La Arquitectura posmodernista se proyecta desde una crítica razonable al Movimiento Moderno. Cuestiona desde sus resultados hasta algunas de las premisas en una relación ajustada de causa - efecto.
Si rescatamos como positivas la revalorización cultural de la arquitectura, la recuperación del sentido histórico, la preocupación contextualista y la participación de la comunidad en las decisiones de diseño, no podemos dejar de señalar lo negativo de la nueva carencia de valores, la frivolidad, la ausencia de compromiso social y el consumismo del derroche formal en que se embarca buena parte de producción posmodernista.
Teodoro González, Embajada de México
Referencias.
C. Jencks, El lenguaje de la arquitectura posmoderna (1977)
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